Fuimos cobarde

No todos nacemos poetas, a mi me hubiese gustado serlo.

El amor está  en nosotros; muchos fuimos cobardes, conformistas, otros incrédulos, por mucho tiempo no escribimos nada, sólo pensamos: “no es para mí”, el que ama sufre, el que escribe recuerda, tememos al: “que dirán”, o, “que pensarán”, lo público es público, lo mío privado, “todos estamos bien, hasta que no nos ponen mal”, eso dice mi jefe, hombre colaborador y dadivoso, y yo, no doy tanto.

Muchos disfrutan mi compañía, y para ser honesto a veces no quiero estar ahí con ellos, sino, contigo, pero disfruto el que ellos disfruten conmigo; probablemente hoy no pueda llevarte a Nueva York, pero si podría  escucharte, a veces eso es suficiente para ti.

Me amaste, mm, me amas, y yo, te recuerdo, cada noche, no te importaba la hora, un día hasta me dormí, quise engañarte pero me descubriste, mi voz no era la misma; me soportaste, y sonreíste.

Hoy  me inspiras me emocionas, te aconsejo, me desafías, cómo evitarte, olvidarte, ya sé, te borro del facebook, no, del msn, pero dónde dice “delete” en el corazón?  cómo decirle a mi cerebro que sólo fue una tontería, no, no fue una tontería, en ese momento hablamos del  tiempo, él declararía las cosas, eso dijimos, amaneció y no recuerdo cuantos minutos han pasado, ¿ellos no forman parte del tiempo? Pues si, él ha pasado y yo a otra historia.

Abraham Rivera