Ahora que puedo escribir, una vez más quiero hacerlo para ti, me es imposible leer palabras hermosas sin que tu rostro llegue a mi mente, he querido ocultar esas emociones, alegrías, lágrimas y suspiros, cuando nuestros espíritus se reúnen.
Le hablo a tu espíritu pues a pesar de que tu cuerpo es perfecto, tu interior es quien me cautiva, pues tu belleza física pasara cual el tiempo, y cuando ella se vaya, podré continuar disfrutándote, disfrutándonos…. así estaremos, juntos, mirando el cielo, viendo las envidiosas brillar, envidiosas pues ellas nunca podrán amarse como nosotros dos, y al encenderse de envidia sólo estarán preparando un escenario perfecto en donde yo me adelantaré a decirte al oído ¡Te amo!, tu piel probablemente se erice como la última vez, esa corriente la sentí en mis labios, pues ellos son victimas de la desesperación.
Me dices que todavía no es el tiempo, tomo tus manos percibo tus nervios y el sudor que no puedes evitar; en ese preciso instante nuestras miradas se encuentran y en respuesta a ellas nuestras sonrisas.
El tiempo parece ser cortado por mi ángel guardián, quien cuida por responsabilidad mis acciones, él me ha visto recoger las rosas, me dijo iluso, ellas simplemente no caen del cielo, tienen un origen, tienen un valor, han pasado por diferentes procesos.
Ahora yo quiero ser parte del tuyo.
Le hablo a tu espíritu pues a pesar de que tu cuerpo es perfecto, tu interior es quien me cautiva, pues tu belleza física pasara cual el tiempo, y cuando ella se vaya, podré continuar disfrutándote, disfrutándonos…. así estaremos, juntos, mirando el cielo, viendo las envidiosas brillar, envidiosas pues ellas nunca podrán amarse como nosotros dos, y al encenderse de envidia sólo estarán preparando un escenario perfecto en donde yo me adelantaré a decirte al oído ¡Te amo!, tu piel probablemente se erice como la última vez, esa corriente la sentí en mis labios, pues ellos son victimas de la desesperación.
Me dices que todavía no es el tiempo, tomo tus manos percibo tus nervios y el sudor que no puedes evitar; en ese preciso instante nuestras miradas se encuentran y en respuesta a ellas nuestras sonrisas.
El tiempo parece ser cortado por mi ángel guardián, quien cuida por responsabilidad mis acciones, él me ha visto recoger las rosas, me dijo iluso, ellas simplemente no caen del cielo, tienen un origen, tienen un valor, han pasado por diferentes procesos.
Ahora yo quiero ser parte del tuyo.
Abraham Rivera
muy bueno, me gusto sobre todo el 2do. párrafo. :)
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