Cambiando Mis Estrellas

Si tan sólo pudiera escucharte, verte y nunca olvidarte, si tan sólo me dejaras mirarte a los ojos para detenerme en tu ternura y gozar de tu dulzura, ese instante sería eterno, luego cerraría los ojos para recordar tu sonrisa y plasmarla en mis pupilas, soñaría despierto mientras hablo a tu oído diciéndotete quiero.

Estas palabras se escriben al ritmo de mi corazón, palabras que no pueden reflejar  ni siquiera un 0.0001 %  de lo que siento por ti, para muchos podrían estar vacías, para mi están llenas de una fascinación hecha realidad....

Quiero quererte por siempre, y en esta fascinante historia de amor, vivir para ti sin nunca lastimarte, quiero a veces olvidarte pero vives en mi mente, quiero no oírte pero gritas en mi corazón, quiero alejarme pero estás muy dentro de mí, de manera que tu ausencia siempre se deberá a mi necedad en abrir mis ojos y notar que sólo la distancia nos separa físicamente, pero en espíritu estamos muy cerca.

Ayer fue nuestro primer encuentro, tomé mucha agua sin tener sed, mis ojos miraban el asiento, pero mi corazón estaba direccionado hacia ti; rostro de ángel, piel de bebe, princesa soñada, el olor de tu pelo quedo en mi mente, y no hay agua que pueda borrarlo.

La lluvia fue el escenario perfecto para que la luz de tu sonrisa irradiara todo el interior de mi corazón, y éste palpitaba tan rápido que podíamos bailar a su ritmo, quise contar los minutos de nuestro abrazo, pero perdí la cuenta, pues sólo disfrute el momento, preferí sentir el roce de tus labios en mis mejillas, tu voz, tan suave, cálida, melodiosa, llenaron mi alma y mis pensamientos, que momento tan hermoso viví, nunca jamás lo olvidaré, el comienzo de un tierno sentimiento, el paso de la ficción a la realidad, del imaginar al sentir, nuestra primera vez, no la olvidaré jamás, un momento ideal.

Luego, poder besar tu frente, escuchando: ♫ “que al final quien decide es el amor” ♫, temí, pero luego me regocijé pues Dios quien juzga todas las cosas sabe cuales son las intenciones del corazón, y Él es nuestro Padre y moverá las circunstancias siempre para nuestro bien, aunque nuestro destino sea no estar juntos, su voluntad es agradable y perfecta.

Abraham Rivera