lunes, 15 de abril de 2013

Las cosas que nunca te dije…

Hoy  al terminar  mi  jornada  de  esta  esclavitud  lóbrega y moderna, por razones que no logro descifrar recordé algunas de las cosas que nunca te dije, esas que, en nuestras acostumbradas conversaciones, yo omitía, unas… quizás por temor, otras… tal vez por mi propia voluntad;  han estado ahí oxidadas… por largos periodos, haciendo un eco taladrador en mi mente, y hoy no quiero ser más baúl clausurado de palabras que fueron concebidas para ser tuyas, nunca nacieron pues las mutilé con mi silencio…   
Si, ahora que gozo de tu atención, en este hilo tan delgado entre tu tiempo y mi deseo, tu acostumbrada irritabilidad y mi insistente  complejo, cada uno con sus propias aspiraciones,  tú… una nueva oportunidad de desaparecer,  yo… rogando que la nostalgia  te  asalte y, por  fin me des  tres  besos , si quieres  evita  los pasos que nos distancian… envíamelos envueltos en una burbuja…  no tendré más remedio que seguir preguntándome  qué sabor  tendrán tus labios?
Nuestras vidas se reencuentran, nuestras agendas coinciden; te encuentro de nuevo lanzando besos a la luna… provocando mi envidia amarga que sonríe por pura cortesía, regalándome con eso hojas en blanco donde esperas escriba en versos nuestras historias inconclusas, con guiones improvisados coloreados de inseguridades y  “finales felices”; yo… con mis  tontas preocupaciones y temores al futuro… mientras el alba nos mira apostando todo a nosotros, aunque sabe que lo nuestro nunca debió llamarse nuestro…
La excusa fue decirte lo que nunca te había dicho… ese estribillo se ha hecho muy famoso en estos días, siempre te ha gustado saber, para que no te marches desilusionada, te diré tres cosas, y aun añadiré una cuarta… aunque siempre has sido bella no fue eso lo que me acercó a ti, no concibo la felicidad sin que tú formes parte de mi vida, no has calculado que cada año que pasa sientes  más  afinidad  conmigo, hoy el tiempo es mi aliado pues sabe bien que ni tú misma crees en la historia que hoy protagonizan…             
Abraham Rivera

lunes, 27 de agosto de 2012

Te dejo mis versos...

Te dejo mis versos, quiero que los guardes en ese cajón donde arrojas tus cosas viejas, ignóralos  en la gaveta aquella que casi no abres… ahí mismo donde escondes las cosas que nunca olvidas,  ni quieres olvidar… si bien no las ves todos los días, pero sabes que están ahí, son tu propiedad, como yo; te dejo mis versos, son tuyos ahora, acéptalos te lo ruego, para que los leas cuando te lleguen esas noches - esas que sólo nosotros conocemos, pero sólo tú entiendes, aunque no precisé entenderlas, me bastó amarte… - noches que alguna vez en mi inocencia aproveché, teniendo el valor de hablarte, o en algunos casos responderte - a fin de cuentas para ambas cosas siempre necesité valor.-
Te dejo los versos que yo mismo había olvidado, porque al tenerlos me hará bien saber que guardas en el polvo algo que fue mío, aunque sea en papel y tinta quiero estar ahí… reseco  y arrugado, mas contigo,  acompañándote, de vez en mes… como un espíritu atrapado entre la eternidad y la tierra… imagino sabes que no todo el que está a tu lado te acompaña…
Te dejo mis versos hoy que la noche se hace mi cómplice y el clima moja esta hoja en donde te  escribo, con la esperanza de que al leerlos me veas y una de tus  sinceras sonrisas ilumine la oscuridad de tu noche de insomnio, y tal vez tenga la dicha de que me llames, y con ello ilumines la mía... quizás me escribas, recuerda que nunca ha importado la hora…
Creo que estoy exagerando, no me llamaras lo sé, - no necesitas esto – al menos eso dijiste… pero te dejo mis versos, a cambio de la formula secreta de olvidar, así podría borrar de mi mente el amor que no me diste y la amistad que me negaste, a lo mejor puedo superarlo, a veces te escucho gritarme a lo lejos: “¡supéralo!, entiende que no todas las historias terminan con un final feliz, no vivimos un cuento de hadas, alguien tiene que perder…!!!”, yo pierdo más…  
Sabes, yo también tengo mi cofre secreto, a ver!!, dime ¿que me has dado que pueda guardar ahí? no soy mal agradecido, haré un ejercicio mental, para ser equitativo, creo que con recelo guardaré tu sinceridad, añadiría una de tus sabias sugerencias…   
Abraham Rivera


lunes, 23 de julio de 2012

Tú que tienes su corazón.

Que has ganado una batalla cuya existencia te era ajena,  | - sigiloso encanto de los que saben callar y con ello ser bueno  para  sus  primeras  conversaciones- | tú que tienes su corazón, mi rival… mi enemigo público sin culpa alguna, duerme y camina como un rey  entre los hombres, no por quien eres, sino, por quien  te acompaña, que  te sueña en las noches y te ama en las mañanas, envidia de nosotros los moribundos.
Tienes  en tus manos mi más preciado tesoro, digo mío por lo que siento, no por lo que siente ella, de otra manera no estaría escribiendo estas líneas para ti, sino, un nuevo poema para ella.

Tú que tienes su corazón y con él la aprobación a una invitación cualquiera, sorpréndela, le gustan las comidas exóticas, cenar a la luz de la luna y un buen vino, ¿sabes de su pasión por la luna? imagino te ha hablado de la playa, ¿cuántas veces la has llevado?  ten coraje amigo mío pues  los prejuicios no pintan tu historia, afortunado, mi rival inventado.
Te hablo a ti, que tienes su corazón… ¿te emocionas cuando recibes  sus  llamadas y lees sus mensajes?  ¿te has detenido a leer  sus  escritos; la has llamado en las mañanas sólo para escuchar su voz? ¿te has sentado intencionalmente  a escuchar de sus problemas, por simples que parezcan? Ella en su naturaleza se siente fuerte  e  independiente, pero necesita cuidado; esa es otra manera de decir te amo,  tienes su corazón no lo olvides… fuiste bañado por la gracia de los antiguos  dioses… si, ya sé, no necesitaste mis consejos para llamar su atención y conquistarla, ni los necesitas ahora que gozas de su amor… pero así como las poesías  un día cansan, también el silencio, amigo mío…

Abraham Rivera

jueves, 24 de mayo de 2012

El mismo silencio…

El mismo silencio que por meses he escuchado… eco de un idioma extranjero… palabras trasquiladas que nunca se pronunciaron, susurros del viento… sortilegio de aquel amor que nadie defiende, pues a pocos le importa, excepto a mi…
Pausas innecesarias, pruebas de perseverancia… resistencia a lo que también sientes, quieres y esperas, por qué aguardas por lo que está a tu lado… que te grita existe…
El mismo silencio… me recuerda tu voz ausente… suplicio de mi existencia y tu deserción;  que me hiere y envenena… he seguido el rastro de tu mirada furtiva, misteriosa… se escapó como paloma mensajera con aleteo virtuoso, pobre de mí que aun espero un ¡te amo! nacido de tus labios vírgenes… día a día camino hacia la oscuridad de la vida, tal vez nunca llegue a escucharlo…
Me he vuelto adicto… adicto a tus ojos, prisionero de tu sonrisa… ansioso de muchas dosis de tus besos, tal vez te tuve, quizás ni cuenta me di, acaso te perdí sin percatarme? Y estuviste en mi cual instrumento prodigioso en manos de un ignaro…
Impaciente… busco en mi memoria ese tiempo en donde tú voz existía, fuiste abrigo en mis inviernos, sol en mis  mañanas oscuras… primavera esperada… agua que refresca mi calor enamorado… pero sólo recuerdo ese lugar secreto que los dos conocemos, fosa de nuestra muerte, final de nuestro  entierro, sí, fuimos aire…  hoy sólo somos letras de un alfabeto que nadie quiere organizar… temiendo  llegar a memorizarlo y con ello enamorarse…
Silencio que desgarra poco a poco la ilusión… ilusión que abraza una historia discutida, peleada... el tiempo se ha convertido en mi aliado, me recordó que, un corazón que no lucha pierde sus latidos… ¡Oh indescifrable enigma… que me muerde y me sopla… que no me deja soñar, dormir es mi pena…
Te miro ufanada como el alba, con tu silueta rosa y pétalos azules, creando una coraza que me impide llegar a ti… como aquella noche que elegí para nosotros, recuerdas?  Por ti, mil veces más lo haría…  calla mar, calla,  ya nuestras voces no son escuchadas, ni nuestros amores correspondidos…
Abraham Rivera

martes, 22 de mayo de 2012

Un pedacito de mí…

Un pedacito de mí te llevaste… en esa travesía de estirar las horas, mientras el crepúsculo se convertía en oscuridad; gemidos en sonrisas… en un grito del alma se confundieron nuestros olores, no distingo quien soy en el aroma de tu final, colocaste trampas en tus labios en las que con mucho gusto quise caer…  tus huellas  están sobre mi; llevas las mías en tu piel cual marcas indelebles… ese instante cambió nuestras vidas para siempre…
Arquitectos de futuro, artistas de sueños, maestros inexpertos seremos llamados,  pues, que nos muestren la universidad donde instruyen al respecto, si no, la de la vida…     
Pero entre nosotros dos, me gusta el nuevo estilo que has adoptado al caminar, he completado tu espacio, has complementado mi vida… habría que verte para creerme; día tras día tus reacciones y gestos ponen en evidencia esa parte de mi que transportas, nadie mejor que tú, gozas de toda mi confianza…
Y, que escribir de esas noches de antojos!  Son tus secretos, cada uno los guardaré, sólo diré que inserté en mis registros culinarios nuevos sabores y colores, y… cosas que ni siquiera sabía que existían…   
Tu humor cambia con las horas, con las cosas que antes sonreías hoy lloras, lo entiendo y te abrazo, esos son los momentos en donde más me necesitas… en cuestión de meses tu badana se estira, con ella mi alegría y presupuesto… sin poder dejarlo atrás, poniendo nuestros pies sobre la tierra, conectándonos a la realidad de vivir… de dar vida... vidas dando vida…
El sol sonriendo sólo para nosotros, rosas desprendiendo su olor, abriendo sus pétalos en señal de regocijo… pues pronto estará aquí… sus latidos en mis manos  indican que crece y así mi esperanza… como si nos enamoráramos de alguien más…
Que traiga mis ojos... tu pelo y nariz; mi corazón… tu fuerza, mi voz, nuestro color… y un bonito nombre…  representará la felicidad que hoy sentimos juntos…
Una vida caóticamente hermosa!, eso dicen, eso nos espera, que felicidad… que alegría, agradezco vivirlo contigo…
Abraham Rivera 




martes, 20 de marzo de 2012

Aun no muere…

Aunque lo que escuchaste esa noche pudo haber sido mi último latido, pequeño y débil gemir; aun no muere… sólo resultó agrietado este terco corazón que cobija eso que nació para ser tuyo, esperanzas puestas en un camino que tracé para nosotros y que no quisiste andar… ante mi propuesta elegiste flotar lejos de mí en este mar de contradicciones…
Aun no muere ya que respiro aire que huele a ti… te excusaste explicándome que no quieres hacerme daño; quien te ha vendido la idea que soy feliz lejos de tu sonrisa y tus quejas… es eso mismo lo que le da sentido a nuestras luchas… de otra manera sería aburrido…
Tus temores e incredulidad tomaron la decisión de despedirme…  ya que no soy como en tus sueños, te invité a escaparnos  e iniciar de cero las veces que sea necesario…  me diste la espalda mientras mirabas mis ojos, tocando mis manos e intentando regalarme el pasaje que me alejaba de ti para siempre… y  no cantaste mis canciones ni atesoraste mis versos…    
El papel protagónico le fue dado a alguien que no conocía ni conoce el guion de tu novela, que no tiene idea  de cómo empezó, ni se imagina cómo terminará… pues aun no muere… eres mi mejor testigo… 
Aunque no me creas, aun no muere, si… eso que siento por ti, cada noche que he esperado lo hace crecer, y tiene color a infinito… no, no se rinde esto que llevo dentro, espíritu indestructible bañado de magnetismo por ti…
Ahora espero sentado a que abras tus ojos, y con ellos el corazón… pues en tu orgullo los cerraste…  mis errores fueron y son suficientes, me obligas a mirar de lejos como quien no es invitado a la fiesta… como una débil  marioneta empujada por el silencio de tu alma para que salga de tu historia…. pero aun no muere, ni tu me olvidas…
Si me preguntas cómo camino después de experimentar eso que tuvo olor a muerte… después de tanto dolor, se me hace fácil concluir que no muere lo que nació para ser vida… quizás le robé el alma al fénix…  hoy por hoy vuelo más alto, tal vez por eso sólo ves la esencia de mi sombra tras de ti, cuando estaba cerca te di mis promesas, ahora sólo quiero que las reclames… reclama estas palabras tontas que te pertenecen…  
Abraham Rivera

viernes, 24 de febrero de 2012

Un día sin ti…

Más que un día, tormenta; atardecer  sin  ocaso… un día sin ti, como jardín sin rosas ha venido a ser… perfume del  perfumista que ha perdido su olor; pues al enterarse de mi  tristeza afligido  por la nostalgia  detuvo sus manos e inclinó su rostro,  sus lágrimas corrompieron su esencia…  el arte dejó de ser su música…
La noche al imaginar mi pena dejó de ser noche y comenzó a ser  día… las estrellas muy  afligidas, emprendieron un viaje… dijeron no regresar hasta que no estés aquí… conmigo…  concédele a los enamorados una noche estrellada...
Un día sin ti… no, no quiero ni pensarlo, te has convertido en mi acorde mayor y la voz que me acompaña, incluso cuando nadie más me quiere hablar, te has vestido de paciencia tantas veces  y has callado, aun con el derecho de gritar…  y  en tu silencio me has enseñando que las heridas que provocamos aunque  sanan  dejan cicatrices… y  así  has ganado la batalla que yo mismo inicié… tengo una lista de los males que has corregido en mi… invertiste tu tiempo sin exigirme crédito , me salvaste…   
24 horas lejos de ti, sin verte, que utopía… tu espacio vacio nunca nadie lo llenaría… quien tiene sonrisas mañaneras como las tuyas… son melodías perfectas, que tiernamente me dicen amor… a tu lado cada día tiene un nuevo color, el mismo que me empuja querer regresar  a  casa para reencontrarme contigo… quédate aquí y no me expongas a un día sin ti... recuerda que la soledad es un ruido burlón, agudo y doloroso… que desgasta  el  alma y disfraza el rostro…
Mis alimentos son insípidos cuando no estas aquí… el desanimo, como mi fiel enemigo torna mi cuarto oscuro, pues tú eres mi luz… me toma de la mano, llevándome a la orilla bruscamente,  me prohíbe bailar… aunque no hay música si tu no estás… dime a quién podré abrazar cuando mis brazos estén  cansados, eres mi soporte…  aquí estoy y tú no estás, ya tus ojos no me enseñan el camino que te había señalado… pero confío que antes que termine este día, regresarás y  podremos continuar escribiendo nuestra historia…          
 Abraham Rivera