Un pedacito de mí te llevaste… en esa travesía de estirar las horas, mientras el crepúsculo se convertía en oscuridad; gemidos en sonrisas… en un grito del alma se confundieron nuestros olores, no distingo quien soy en el aroma de tu final, colocaste trampas en tus labios en las que con mucho gusto quise caer… tus huellas están sobre mi; llevas las mías en tu piel cual marcas indelebles… ese instante cambió nuestras vidas para siempre…
Arquitectos de futuro, artistas de sueños, maestros inexpertos seremos llamados, pues, que nos muestren la universidad donde instruyen al respecto, si no, la de la vida…
Pero entre nosotros dos, me gusta el nuevo estilo que has adoptado al caminar, he completado tu espacio, has complementado mi vida… habría que verte para creerme; día tras día tus reacciones y gestos ponen en evidencia esa parte de mi que transportas, nadie mejor que tú, gozas de toda mi confianza…
Y, que escribir de esas noches de antojos! Son tus secretos, cada uno los guardaré, sólo diré que inserté en mis registros culinarios nuevos sabores y colores, y… cosas que ni siquiera sabía que existían…
Tu humor cambia con las horas, con las cosas que antes sonreías hoy lloras, lo entiendo y te abrazo, esos son los momentos en donde más me necesitas… en cuestión de meses tu badana se estira, con ella mi alegría y presupuesto… sin poder dejarlo atrás, poniendo nuestros pies sobre la tierra, conectándonos a la realidad de vivir… de dar vida... vidas dando vida…
El sol sonriendo sólo para nosotros, rosas desprendiendo su olor, abriendo sus pétalos en señal de regocijo… pues pronto estará aquí… sus latidos en mis manos indican que crece y así mi esperanza… como si nos enamoráramos de alguien más…
Que traiga mis ojos... tu pelo y nariz; mi corazón… tu fuerza, mi voz, nuestro color… y un bonito nombre… representará la felicidad que hoy sentimos juntos…
Una vida caóticamente hermosa!, eso dicen, eso nos espera, que felicidad… que alegría, agradezco vivirlo contigo…
Abraham Rivera
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