Aunque lo que escuchaste esa noche pudo haber sido mi último latido, pequeño y débil gemir; aun no muere… sólo resultó agrietado este terco corazón que cobija eso que nació para ser tuyo, esperanzas puestas en un camino que tracé para nosotros y que no quisiste andar… ante mi propuesta elegiste flotar lejos de mí en este mar de contradicciones…
Aun no muere ya que respiro aire que huele a ti… te excusaste explicándome que no quieres hacerme daño; quien te ha vendido la idea que soy feliz lejos de tu sonrisa y tus quejas… es eso mismo lo que le da sentido a nuestras luchas… de otra manera sería aburrido…
Tus temores e incredulidad tomaron la decisión de despedirme… ya que no soy como en tus sueños, te invité a escaparnos e iniciar de cero las veces que sea necesario… me diste la espalda mientras mirabas mis ojos, tocando mis manos e intentando regalarme el pasaje que me alejaba de ti para siempre… y no cantaste mis canciones ni atesoraste mis versos…
El papel protagónico le fue dado a alguien que no conocía ni conoce el guion de tu novela, que no tiene idea de cómo empezó, ni se imagina cómo terminará… pues aun no muere… eres mi mejor testigo…
Aunque no me creas, aun no muere, si… eso que siento por ti, cada noche que he esperado lo hace crecer, y tiene color a infinito… no, no se rinde esto que llevo dentro, espíritu indestructible bañado de magnetismo por ti…
Ahora espero sentado a que abras tus ojos, y con ellos el corazón… pues en tu orgullo los cerraste… mis errores fueron y son suficientes, me obligas a mirar de lejos como quien no es invitado a la fiesta… como una débil marioneta empujada por el silencio de tu alma para que salga de tu historia…. pero aun no muere, ni tu me olvidas…
Si me preguntas cómo camino después de experimentar eso que tuvo olor a muerte… después de tanto dolor, se me hace fácil concluir que no muere lo que nació para ser vida… quizás le robé el alma al fénix… hoy por hoy vuelo más alto, tal vez por eso sólo ves la esencia de mi sombra tras de ti, cuando estaba cerca te di mis promesas, ahora sólo quiero que las reclames… reclama estas palabras tontas que te pertenecen…
Abraham Rivera