viernes, 27 de enero de 2012

Parece Que Fue Ayer…

Parece que fue ayer, cuando convencido por un impulso me arriesgué ha acercarme; mirarte ha sido mi mejor pasatiempo, escucharte, mi paz y estar contigo, mi anhelo.
Te hiciste calma en medio de mi tormenta, ante ti, mis torbellinos  reales  no  existen…  no se forman, cambias todo…  junto a ti mi  árido camino se transforma  en paisaje.  

Le encendiste una  luz  y  le  abriste una puerta al laberinto donde por años estuve perdido… hasta ese momento creía que mi mundo era sólo eso: “mañanas acompañadas de tardes, que descansan en noches cortas… “paredes oscuras, con ruidos extraños… manchas y lágrimas secas… pero gracias a ti, vi una salida…  no utilizaste  palabras empujadas por la nostalgia de un capricho, tu silencio fue el despertador de mi largo sueño… sabes hablar con la música de tu sonrisa… me atrajiste a ti, si, me atrajiste, cambiaste mi mundo…
Parece que fue ayer, cuando aceptaste salir a caminar… excusa perfecta para tomar tu mano, y  sentir  tu pulso, decidiste posar cual delicada mariposa sobre una rosa, justo a mi lado… encampanada por la suave brisa de la confianza… huyendo de viejos pétalos que quisieron robar  tu olor; tarde de sueños, noche de riesgos, día perfecto, pues estabas tú, parece que fue ayer…
Recuerdo entusiasmado cómo en nuestra conversación no querías ser el centro de atención,  pero sin saberlo ya te habías convertido en el centro de mi universo…  sonreíste… si, sonreíste…  mis dedos  como fieles esclavos se movieron  rápido e intentaron asegurar el éxito de la osadía, ilusos cómo si dependiese de ellos… ya tu bondad me había concedido la honra de tu compañía… y eso es suficiente… pero te escribieron un poema… con mis letras y aliento, con mi alma y mi tiempo, que ya es tuyo… pronto lo recibirás…       

Abraham  Rivera